La mañana del 3 de febrero amaneció con el cuerpo de un cachalote flotando en el litoral de Melenara, en la costa Este de Gran Canaria. Tenía un profundo corte en la cabeza y otros en la cola. Era un macho joven de 9,1 m de longitud. A las afueras de isla de Pico (Azores) la investigadora Lisa Steiner se la había dado una identidad 15 años antes : el cachalote con el número de identificación 3418. Pertenecía al grupo Whitehead en honor al investigador Hal Whitehead que años antes alborotó a una parte de la comunidad científica cuando publicó que los cetáceos tenían cultura. Efectivamente, los cachalotes son seres culturales que forman grupos familiares integrados por hembras adultas con sus crías y juveniles. Emiten chasquidos o “clicks” con los que orientarse, detectar a sus presas y comunicarse. Cada animal utiliza una secuencia de pulsos específicos denominada “codas” que proporciona información acerca de la identidad del individuo, la pertenencia a la unidad social y al clan vocal. Pero volvamos hablar del cachalote 3418 porque fue visto por primera vez en 2004, año en el que era solo una cría junto a su madre. La gente de Azores lo llevaba en el corazón pues lo vieron crecer hasta el 13 de septiembre del 2018, última vez en que fue observado vivo en esas aguas. La noticia de su muerte fue un titular en Canarias pero en Azores fue más que esto. Allí los grupos de observación de cetáceos (whale watching) sintieron su muerte. Si no fuese por ellos 3418 sería un número más en la cruda y vergonzosa estadística de cachalotes varados en Canarias arrollados por embarcaciones. Unos días después, el 13 de marzo, una hembra inmadura de 7,8 m apareció flotando en la playa de San Borondón a unos pocos kilómetros de donde apareció 3418 y unas semanas más tarde otro en el Médano, Tenerife. Todos muertos por colisión. De 49 cachalotes varados en Canarias entre los años 2000 y 2018, 4 murieron por causas naturales. Cuarenta y cinco casos estaban vinculados a factores humanos y de éstos 44 a colisiones con embarcaciones. La mayoría hembras, jóvenes y crías (datos de la Red de Varamientos del Gobierno de Canarias). Probablemente este número representa una fracción de las muertes en el mar pues es seguro que la mayoría de los cadáveres no llega a la costa. Los cachalotes son criaturas extraordinarias que no dejan de sorprender a quienes los estudian. Más allá de los datos, de las cifras y de su importancia ecológica para los océanos, son seres superlativos, inteligentes y sensibles. Sus poblaciones fueron casi aniquiladas por la presión ballenera (entre los años 1750-1850 y 1945- 1980) y ahora se enfrentan a la contaminación química y acústica, a la ingestión de plástico, a la modificación de su hábitat por el cambio climático y a las colisiones con embarcaciones de alta velocidad. Figura como vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (R.D.139/2011), en el Catálogo Regional de Canarias (L.7L/PPL-001 de 2009) y está listado como “Vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Si algo nos enseñó 3418 es que este no es sólo un problema de conservación de Canarias, sino de toda la subregión macaronésica. Resulta paradójico que una especie tan vocal muera en silencio en las Islas Afortunadas. Apenas existe información sobre esta especie en el archipiélago debido a la falta de estudios. La mortalidad asociada a las colisiones podría minimizarse con la recomendación de medidas de mitigación efectivas basadas en el conocimiento científico. La Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC) ha puesto en marcha el proyecto “Cachalotes de Canarias” que pretende contestar a preguntas básicas acerca la especie en el archipiélago a través de la investigación mediante la utilización de la Monitorización Acústica Pasiva (PAM) y de la foto-identificación. Este proyecto quiere dar voz a estos animales y contribuir a que las administraciones competentes tomen acción en la conservación de esta especie.
Vidal Martín Martel
Francesca Fusar-Poli
Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC)